Monumental edificio inaugurado el 7 de septiembre de 1932 por Miguel de Unamuno, eminente pensador e intelectual de la España de la primera mitad del siglo XX. Su construcción, fraguada durante la Dictadura de Primo de Rivera, dentro del plan nacional de promoción de la obra pública como elemento dinamizador de la economía nacional, sigue el patrón arquitectónica de similares edificios destinados a uso escolar repartidos por una amplia parte de la geografía española. El grupo escolar, como era llamado en la época, fue denominada “Emilio Castelar” en recuerdo y homenaje al gran tribuno eldense.

Durante la Guerra Civil siguió siendo un centro de educación y formación de niños y niñas, y en él se instaló una Cantina promovida por la Sociedad Religiosa de los Amigos, una organización humanitaria norteamericana conocida popularmente como “Cuáqueros”. Cantina en la que se daba de desayunar a los niños eldenses con sus correspondientes raciones de leche, mitigando en la infancia las necesidades impuestas por las restricciones alimenticias durante la guerra.

A finales del mes de  febrero de 1939, y como consecuencia del establecimiento del último gobierno de la República, presidido por Juan Negrín en Elda y Petrer, el colegio fue desalojado para uso docente siendo habilitado como sede de la Subsecretaria del Ejército de Tierra y la sede del servicio secreto conocido como SIM o  Servicio de Inteligencia Militar.