La fachada de la casa responde al gusto artístico del momento, inspirado en el casticismo propio de las décadas centrales del siglo XIX. La disposición ordenada de vanos recuerda el gusto clásico. Clasicismo remarcado en la cornisa superior, coronada en origen por bustos de diversos personajes (filósofos y pensadores) de la cultura griega y romana que fueron derribados durante la guerra civil, creyendo que eran “retratos de santos”.
El 31 de mayo de 1898, esta casa fue escenario de la última visita a Elda de Emilio Castelar, cuando tras pasar varias horas en la ciudad para reunirse con amigos y conocidos, visitar varias fábricas de zapatos recientemente inauguradas, y comer con el alcalde y personalidades eldenses del momento, asistió invitado por Manuel Beltrán a su casa para escuchar a la joven promesa del Bel canto, Milagritos Gorgé.
Ya en el siglo XX, durante la Guerra Civil, la Casa de las Beltranas fue incautada por la FAI, siendo sede de esta organización libertaria. En su primera planta se redactaba el semanario anarquista Nuevo Rumbo, y en la planta superior se alojaron varias familias.
Desde su construcción, la casa de las Beltranas preside en jefe la popular calle Nueva, constituyendo en uno de los escasos hitos monumentales urbanos que conserva Elda en su centro histórico.